La Antropología aplicada puede ponerse al servicio de la empresa. La experiencia la ha confirmado como una herramienta muy potente y práctica en diferentes ámbitos del mundo de los negocios donde las personas interactúan. La empresa, como realidad social, se compone de múltiples redes o mallas de relaciones humanas. El antropólogo, a través de una formación amplia en las diferentes parcelas que componen el término cultura, así como en las relaciones entre ellas, puede intervenir éxitosamente para coadyuvar a un cambio social y cultural dentro de las organizaciones para un mejor entendimiento entre todos los actores que aparecen sobre el terreno. En concreto, la Antropología puede mejorar las relaciones entre los empleados y la empresa (recursos humanos, clima laboral o resolución de conflictos), ayudar a la formación de lo que actualmente se denomina la cultura organizativa de la empresa, mediar en entornos empresariales multiculturales o/y transnacionales o descubrir cuáles son las principales necesidades de nuestros clientes o potenciales usuarios de nuestros servicios (satisfacción, quejas, lanzamiento de nuevos productos o servicios, marketing…). Todo ello, teniendo en cuenta la diversidad cultural en un mundo de carácter transnacional cada vez más interconectado y deslocalizado.
La metodología más utilizada es el estudio etnográfico. Este método, de tipo cualitativo, se caracteriza por la profundidad y calidad del análisis e interpretación de los datos. Busca conocer en profundidad los aspectos más concretos de una investigación. Se compone de una serie de técnicas que tienen por objetivo adentrase en el mundo de las personas estudiadas para conocerlos en su ambiente a través de la entrevista y la observación participante. Los datos que resulten de este método se completan con otros procedentes de encuestas, documentos y estadísticas.